miércoles, 14 de marzo de 2018



==MARÍA, LA CORREDENTORA DEL MUNDO==

Cuando matan a un corderito, apartan a la pobre ovejita para que no lo contemple, María tiene que estar allí.
Estaba predestinado por Dios.
¡Pobrecita! Lo ha contemplado todo.
Ha visto cómo desnudaban a su divino Hijo. Ha sentido en su carne virginal el dolor profundo de Jesús cuando le taladraban las manos y los pies para coserlos al madero de la cruz, ve que se está muriendo de sed en medio de espantosos tormentos.

Tenía que ser la Corredentora de la humanidad y lo fue.
Por eso permaneció de pie en lo alto de la colina del Calvario, junto a la cruz de Jesús. Martirio inefable.
Absolutamente indescriptible.
¡Pobrecita!
¡Cómo hubiera querido abrazarse a la cruz, para socorrer a su divino Hijo!
No pudo abrazarse a la cruz de Jesús.
Estaba prohibido terminantemente acercarse a la cruz de los ajusticiados, y la soldadesca seguramente apartaría con un gesto brutal a la Santísima Virgen si en algún momento quiso intentarlo.

Jesús estaría contemplando desde lo alto de la cruz, a través de sus ojos cargados de sangre, a la Virgen María, imagen viviente del
dolor en su máxima expresión.
Allí estaba la Corredentora del mundo.
(Las siete palabras de Cristo en la cruz, Antonio Royo Marín)

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