domingo, 22 de abril de 2018



Santa María, Madre de Dios, Consérvame un Corazón de Niño, Puro y Cristalino como el de una Fuente Cristalina.

Dame un Corazón Sencillo que no saboree las tristezas; un Corazón Grande para entregarse, Tierno en la Compasión; un Corazón Fiel y Generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal.

Fórmame un Corazón Manso y Humilde, Amante sin pedir retorno, Gozoso al desaparecer en otro corazón ante Tu Divino Hijo; un Corazón Grande e Indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un Corazón Atormentado por la Gloria de Jesucristo, Herido de Su Amor, con Herida que sólo se Cure en el Cielo.

(L. de Grandmaison)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario