viernes, 25 de mayo de 2018



Santa María, Madre del Señor Jesús y nuestra, obténnos la presencia vivificante del Espíritu, y la gracia de andar siempre por los caminos de Dios; por tu bondadosa intercesión consigue que estemos libres: de las tristezas presentes, de las acechanzas del enemigo, de las flaquezas en la lucha, de la permisividad con nuestras inconsistencias; y para cuando seamos convocados por el Padre consigue para nosotros las alegrías sin fin. Amén.

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