domingo, 20 de mayo de 2018



«Vos, Madre mía, que tuvisteis el consuelo de ver reunidos a los Apóstoles y discípulos por espacio de diez días, y finalmente tuvisteis el placer de verlos a todos llenos del Espíritu Santo; yo, Madre mía, tengo el grande honor y dicha de verme en estos santos Ejercicios bajo vuestra protección, y así espero con toda confianza que Vos me alancéis todas las gracias que necesito para hacerlos bien; yo de mi parte estoy resuelto a hacer todo lo que conozca ser de mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Madre mía, socorredme y amparadme ahora y siempre. Amén».

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