sábado, 28 de marzo de 2020



Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés en la presencia del Señor, de hablar en favor nuestro y que aparte su indignación de nosotros. Oh, Santísima Madre, hazme esta gracia: fija en mi corazón con eficacia las llagas de Jesús crucificado. Haz que de Cristo en mí lleve la muerte, que participe su pasión y suerte y medite en sus llagas apenado. Para que no arda en los eternos fuegos, defiéndeme tú, oh, Virgen, con tus ruegos, en el día del juicio.⁣ ⁣ Y tú, oh, Cristo, al salir yo de esta vida, por tu Madre querida, haz que llegue a la palma de victoria. Cuando mi cuerpo muera, haz que mi alma adquiera del paraíso la gloria. Amén.⁣ 

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