viernes, 10 de abril de 2020



Estaba la madre al pie
de la cruz. La madre estaba.
Enhiesta y crucificada,
color de nardo la piel.

En el pecho el hueco aquel
que vacío parecía.
No me lo cierres, María
que quiero encerrarme en él,

que quiero encerrarme y ver
todo lo que tú veías.
Sé tú mi madre, María,
como lo quería Él.

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