"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

domingo, 3 de enero de 2021


 

==UN MINÚTO CON MARÍA==

4 DE ENERO, 2021


¿Cómo vivió la Virgen su primera Navidad?


¿Cómo vivió la Virgen su primera Navidad? María también escuchó las palabras que explicaban el hecho que había visto y experimentado. Las palabras y acciones que María guardó en su corazón, para sí misma, con una escucha consciente, reflexiva e inteligente: el corazón significa todo esto. La escucha interior de María permanece, no es efímera.


La expresión del Evangelio “María guardaba todas estas cosas en su corazón” nos dice que María no conservó esos hechos de forma pasiva, como algo inerte, sino de forma activa y viva, relacionando y comparando una cosa con otra, tratando de comprender la lógica profunda, el sentido y la verdad de las cosas que pueden parecer no vinculadas o incluso contradictorias. Y esto es precisamente lo que hizo María. Por un lado, escucha las palabras que proclaman la gloria del Niño (palabras que ella misma había escuchado del ángel en la Anunciación) y, por otro lado, ve "un bebé envuelto en pañales y recostado en un pesebre". Es la discrepancia habitual entre grandeza y pequeñez, gloria y pobreza, lo que constituye la columna vertebral del acontecimiento cristiano. Escuchar a María se convierte así en una interpretación fiel y justa que arroja luz sobre el misterio de Jesús.


María no es solo la madre de Jesús, también es su intérprete más íntima. Nos explica la Navidad porque la Navidad no es fácil de comprender. Entonces, dejémonos guiar por María, que guardó todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Su corazón y su mente buscaban el hilo de oro capaz de unir los contrarios: un establo y "una multitud de ángeles", un pesebre y un "reino que no tendrá fin". Como ella, como los pastores y los sabios, también nosotros, al menos, conservemos el asombro: en Navidad el Verbo es un niño que no puede hablar, el Eterno es solo una vida que inicia, el Todopoderoso es un niño que solo sabe llorar. Dios siempre vuelve a empezar así, con pequeñas cosas y en un profundo silencio.


Dios decidió revelarse naciendo niño. Esta es la profundidad del misterio de la Navidad contado por el pesebre de Belén, el de nuestras iglesias y el de nuestros hogares. Durante treinta años, Cristo vivió esta vida humilde y sencilla para salvarnos. La vida que su Madre abrazó.


Mons. Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede ante la UNESCO

sábado, 2 de enero de 2021


 

==UN MINÚTO CON MARÍA==

3 DE ENERO, 2021


"Un llamado y una promesa"


La última parte del mensaje de Nuestra Señora de Fátima (Portugal) a los tres niños videntes es la más compleja y controvertida. La hermana Lucía, describe en particular una "montaña empinada" escalada por un obispo vestido de blanco —¿quizás el Papa?— que muere en la cima, donde se levanta una cruz de madera rústica. A su paso, otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos, perecen allí a su vez.


San Juan Pablo II consideró que esta visión anunciaba el atentado del que fue víctima el 13 de mayo de 1981 en la Plaza San Pedro de Roma. En 2000, envió al cardenal Bertone a ver a la hermana Lucía para profundizar aún más en esta interpretación.


El cardenal Ratzinger, futuro Benedicto XVI, que también se interesó en el secreto, vio en él fundamentalmente una llamada a la penitencia y la promesa de la victoria final del Inmaculado Corazón de María.


La transcripción exacta del testimonio de la hermana Lucía aparece en el sitio web del Vaticano.

viernes, 1 de enero de 2021


 

==UN MINÚTO CON MARÍA==
2 de Enero.

=Había mantenido gran compasión por los dolores de María=

Vivía en Roma, en 1351, un hombre notable que se había hecho esclavo del diablo a través de un pacto. Durante 60 años, sirvió a Satanás en todo tipo de desórdenes y pecados muy graves. Luego llegó el momento de su muerte.

Jesús, por intermedio de santa Brígida, envió a un confesor para que fuera a ver al señor en cuestión y lo persuadiera de confesarse. Fue a visitar al enfermo, pero este rechazó toda confesión. No fue sino hasta la tercera visita del confesor que el paciente finalmente abrió su corazón y estalló en lágrimas, diciendo: ¿cómo puedo ser perdonado después de sesenta años al servicio del diablo y con todos los pecados que cargo en mi alma?

Hijo, le respondió el sacerdote, no dudes; si te arrepientes, te prometo el perdón de Dios. Luego, recuperando gradualmente la confianza, el pecador respondió al confesor: "Padre, me creía maldito, pero ahora siento una profunda vergüenza por mis pecados, y como la esperanza de ser perdonado me es permitida, sí, ¡quiero confesarme!”.

De hecho, el paciente se confesó en el acto, cuatro veces seguidas, con un fuerte arrepentimiento de sus faltas; comulgó al día siguiente y murió seis días más tarde en gran contrición. Después de su muerte, Jesús habló nuevamente a santa Brígida y le dijo que este pecador se había salvado, que estaba en el purgatorio y que debía su salvación a la intercesión de la Virgen Madre de Dios, porque a pesar de su mala conducta, había mantenido una devoción por los dolores de su madre y nunca los recordaba sin compasión.

San Alfonso María de Ligorio: En Las Glorias de María


 

¡María, que este año que comienza, recorra contigo mi camino de fe con confianza; que sepa conservar en mi corazón todo lo que reciba de Tu Hijo; que sea capaz de responder con entereza mi adhesión a Dios! 

¡María, Madre de Dios, intercede por mí, por mi familia y mis amigos ante tu Hijo, para que el rostro de Cristo resplandezca en nosotros cada día de este año que comenzamos! ¡María, Madre del «sí», que sentiste en tu corazón los latidos de Tu Hijo y los timbres de su voz, háblame de Él para que se fortalezca mi fe! 

¡María de Nazaret, que viviste con Jesús, muéstrame tus sentimientos, tu humildad, tu sencillez, tu docilidad, tu silencio orante para que florezca en mi corazón la Palabra de Dios! ¡María, muéstrame a Tu Hijo, para que la fe brille en mi corazón, en mi mirada, en mis gestos, en mis palabras, en mis pensamientos… para que con ese frescor que da el seguir a Jesús pueda calentar los corazones de los que se crucen en mi camino! ¡María, Señora del Magnificat, ayúdame a llevar al mundo la alegría que Tu diste a santa Isabel y la mía sea una vida de servicio a los demás! ¡María, Tú que eres la puerta del cielo, en este año que comienza ayúdame a elevar cada día la mirada a las alturas para ver siempre a Jesús y anunciar a todos los que me rodean cuán grande es Su Amor!


 

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==UN MINÚTO CON MARÍA==

1 DE ENERO, 2021


“Tú por quien el Cielo triunfa, los Ángeles se regocijan”


Esta es la oración del discurso de apertura del Concilio de Éfeso en el 431, pronunciada por san Cirilo de Alejandría (376-444), Patriarca de esa ciudad en el 412. En él proclamó la maternidad divina de la Virgen llamándola Theotokos, esto es, Madre de Dios:


Dios te salve, María, Madre de Dios y siempre Virgen.


Con cuánto agrado veo el encuentro de los santos que, invitados por la gloriosa María, Madre de Dios y siempre Virgen, ¡han venido aquí con premura! (…) Dios te salve, María, Madre del Salvador; salve, venerable tesoro de todo el Universo, lámpara que nunca se apaga, corona de la virginidad, cetro de la sana doctrina, templo indisoluble, hogar de Aquel a quien ninguna habitación puede contener, Madre y Virgen, por quien es llamado bendito, en los santos Evangelios, el que viene en nombre del Señor.


Te saludo, tú que en tu seno virginal has encerrado lo inmenso, lo incomprensible; Tú, por quien la Santísima Trinidad es glorificada y adorada; por quien la preciosa cruz del Salvador es exaltada y venerada en toda la Tierra; por quien el Cielo triunfa, los ángeles se regocijan, los demonios huyen; por quien el tentador es vencido y el hombre culpable es elevado al Cielo.


Salve, por quien el conocimiento de la verdad está establecido sobre las ruinas de la idolatría; Tú, por quien los fieles han obtenido el Bautismo y son ungidos con el óleo de la alegría; por quien todas las iglesias del mundo fueron fundadas y las naciones sometidas a penitencia; por medio de ti, finalmente, el Hijo de Dios, la Luz del mundo, ha iluminado a los que estaban en tinieblas y se sentaban en sombras de muerte; por ti, los profetas predijeron el futuro; por ti, los apóstoles proclamaron la salvación a las naciones; por ti, los muertos resucitaron; y, por ti, los reyes sostienen su imperio. Que así sea”.


San Cirilo de Alejandría (376-444)