"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

lunes, 19 de junio de 2023


 ==UNA FIESTA MARIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO==


20 de Junio.


♡Nuestra Señora de la Consolación♡

1624 Luxemburgo


Según una leyenda, en 1624, un estudiante del Colegio de los Jesuitas, establecida en Luxemburgo desde 1607, fue a dar un paseo por las orillas del río Alzette que se encontraba fuera de las murallas de la ciudad. Al llegar a un lugar llamado Peñas de Crispino, vio en el hueco de un roble, una estatua de la Virgen y el Niño. Le dijo a algunos de los otros estudiantes, y juntos regresaron a la ubicación.


El Padre Brocquart, profesor en el nuevo colegio de los Jesuitas, encabezó una procesión para que los estudiantes tomaran la estatua y la colocaran en el altar de su iglesia. A la mañana siguiente había desaparecido. Se encontró después en el hueco del mismo roble. Una vez más, la llevaron a la iglesia, pero desapareció de nuevo.


A continuación, los jesuitas decidieron que la Virgen deseaba ser honrada en ese punto particular del árbol de roble, por lo que comenzaron a construir una capilla. La construcción se detuvo en 1626 cuando una epidemia de peste estalló, golpeando incluso al Padre Brocquart. Cerca de la muerte, el Padre Broquart prometió que si él recuperaba su salud iba a terminar la construcción de la capilla. La salud del padre jesuita volvió, y la capilla fue terminada en el año 1628. La estatua fue consagrada allí, y le dio el nombre de Nuestra Señora del Consuelo de los Afligidos


NUESTRA SEÑORA DEL CONSUELO.


El día 20 de junio se celebra la fiesta de la Santísima Virgen del Consuelo, patrona especial de Turín y del Piamonte.


HISTORIA:


La devoción a Nuestra Señora de la Consolata se inicia en Turín, Italia, en los primeros siglos del cristianismo.

Cuenta la tradición que fue san Eusebio desterrado a Palestina por el emperador Constancio, quien a su regreso a Turín en el año 354, le obsequió a su amigo san Máximo, una imagen de la Virgen María que, también cuenta la historia, fue pintado por san Lucas.

San Máximo ubicó el cuadro en una capilla, lindera de la Iglesia dedicada a San Andrés. Desde ese instante el pueblo de Turín comenzó a venerar a la Virgen María bajo el título de Consoladora que, traducido en dialecto local y popular devino en Consolata.


Los obispos de Turín confiaron la imagen de la Consolata a los Padres Benedictinos en el año 840, dos acontecimientos contribuyeron a su desaparición. Primero, hubo que esconderla, debido a la persecución y destrucción de imágenes por parte de los iconoclastas. Y luego, una guerra, que destruyó el templo de San Andrés y la capilla donde estaba, sepultándola bajo los escombros y en el olvido. Pero permaneció viva en la memoria de sus fieles.

Y muchos años más tarde, Arduino, por un tiempo rey de Italia, erigió una capilla para la Virgen Consolota, en agradecimiento a una curación milagrosa y respondiendo al pedido que la misma Señora le había expresado en una visión. Pero también esta capilla fue destruida y la imagen desapareció por segunda vez.


En el año 1104, la Virgen se le apareció a un ciego de nacimiento en Briançon, Francia. Era Jean Ravais (o Ravache), a quien le prometió devolverle la vista cuando llegara al lugar que Ella le indicaría, y donde encontraría la imagen perdida. Jean Ravais así lo hizo y luego de un largo viaje llegó a Turín. El lugar indicado por la Virgen era la torre de una Iglesia destruida.

El 20 de junio, Jean Ravais acompañado por la expectativa y devoción del pueblo de Turín, con la presencia del Obispo y Sacerdotes, se comenzó las excavaciones, realizada por voluntarios ansiosos de encontrar a la Madre. La imagen perdida de la Virgen de la Consolata apareció debajo de las ruinas en perfecto estado.


Como bien explicitan las crónicas de la época, fue el mismo Obispo quien la sacó de entre los escombros y la expuso a la vista de todo el pueblo allí congregado, exclamado: "¡Ruega por nosotros, Virgen Consoladora!". A lo que la gente respondió: "Intercede por tu pueblo". En ese instante al atardecer del 20 de Junio de 1104, en presencia de autoridades y del pueblo, el ciego Jean Ravais recobró la vista.

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