==UN MINÚTO CON MARÍA==
19 DE ENERO, 2024
"Con el rezo del Rosario se trata de escuchar a Dios"
Una de las razones por las que al principio me resultó difícil rezar el Rosario, fue que, como convertida al catolicismo*, no había crecido con esta oración y no me era familiar.
Muchos de mis amigos católicos tenían devoción a María y me animaban a rezar el Rosario. Pero me sentía incómoda y muchas veces sentía que lo estaba haciendo mal. ¿Debo centrarme en las intenciones o en los misterios? ¿Por qué me distraía tan fácilmente al rezar el Rosario? Me prometí a mí misma que lo recitaría regularmente, pero inevitablemente mi “práctica del Rosario” se agotó y se convirtió en una carga o en una simple casilla que debía marcar.
Compartí mis frustraciones con una querida amiga que desde hace mucho tiempo tiene una gran devoción al Rosario. Ella me dijo que debería dejar de lado esta oración por un tiempo y pedirle a la Santísima Madre que me ayudara a encontrar oraciones que me resultaran más naturales. “Deja que Dios te guíe en la oración”, me dijo y seguí su consejo. Entonces le pedí a María que me ayudara a orar. No recuerdo ningún evento en particular, ¡pero en algún momento comencé a rezar el Rosario nuevamente!
Un día, mientras recitaba los misterios luminosos, el Espíritu Santo me recordó un incidente reciente y me mostró cuánto sufría yo a causa del pecado de orgullo. De repente reconocí el orgullo en muchas áreas de mi vida. ¿Cómo es posible que no me diera cuenta de esto antes? Esto despertó en mí un fuerte deseo de confesarme. Mirando hacia atrás, veo que fue el rezo del Rosario lo que me reveló mi pecado y me acercó al verdadero rostro de Cristo.
San Juan Pablo II abordó uno de los errores que cometemos al rezar el Rosario: "Si miramos la repetición superficialmente, podemos caer en la tentación de encontrar el Rosario árido y aburrido. En cambio, debemos escuchar mientras oramos y no limitarnos a recitar las palabras, sino dejar que Dios hable”. Yo, en el pasado, rezaba el Rosario, pero no escuchaba. No dejaba que Dios hablara.
Whitney Hetzel.
Testimonio.
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