"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

viernes, 13 de septiembre de 2024


 ==UNA FIESTA MARIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO ==


14 de Septiembre.


♡Nuestra Señora de las Tres Espigas♡


Cuando la Virgen se apareció a un jinete que había parado a orar ante la tumba de una hombre muerto, y le habló de los pecados de loshmbres y de los castigos consecuentes si no se reformaban.


Centro importante de piedad popular, Nuestra Señora de las Tres Espigas es la dueña de las cosechas; los campesinos recogían el polvo del santuario y lo mezclaban a sus semilla para aumentar en eso la fecundidad.


Los documentos históricos y auténticos, trazan brevemente las peripecias que ilustraron esta legendario peregrinación. Los archivos del pueblo de Orbey -conservados en el museo de Colmar- relatan el cuento de la aparición de la Virgen que le hizo a un monje de la época que, en 1491, asistió al milagro de el herrero Thierry Schoéré, del pueblo de Orbey, próximo a Ammerschwihr.


Por aquel tiempo, los escribas de la crónica de Thann anotaban todo acontecimiento que podía pasar a las ciudades alsacianas, fueran ellos materiales o espirituales. Con sus manecillas y esquinas de cobre dorado, todavía existe en la abadía de Orbey un viejo libro manuscrito datado en 1656; tiene como título: ” El libro de los milagros”. El traza el origen del tres – espigas y describe los milagros debidos a la Virgen.


La visión que tuvo el herrero Thierry Schoéré pasó en 1491 cerca de un roble secular, que se llamó en primer lugar “El roble del hombre muerto”. Uniéndose a los de Orbey, los habitantes de Niedermorschwihr y de Aummerschwihr edificaron en seguida, al mismo pie del viejo roble, una pequeña capilla de madera, a quien, finalmente, se le dio el nombre “de La Capilla de Notre-Dame-des-Trois-Epis”


Sencilla y llena de candor, tal fue el origen verdadero de “Tres – Espigas”. Aunque ellos hablaran dos dialectos diferentes: el romano y el alsaciano, los habitantes se unieron fraternalmente a las procesiones cuyo fin era común: honrar a la Madre de Dios.


Luego las peregrinaciones que fueron ampliando y en 1493 construyeron una capilla de piedra que fue mantenida por un ermitaño. En el siglo XVI, la peregrinación se hizo tan grande que se debió agrandar la capilla y edificar varias hostelerías para alojar a los peregrinos fervientes que vinieron, a veces de las comarcas más lejanas del reino de Francia.


La santa imagen, primitivamente colocada en un pequeño cofrecito de bosque fijado al roble famoso del hombre muerto no resistió a las inclemencias. Fue reemplazada unos años después por “Pieta” figurina magnífica y milagrosa del siglo XV.


Saqueado por los regimientos imperiales durante la guerra de treinta años, la capilla fue reconstruida sobre el emplazamiento del roble desaparecido y, pronto, un convento se vino a agregar.


A través de las vicisitudes de las guerras y de las rebeliones, el huracán de la naturaleza o de las pasiones humanas aniquiló el templo humilde de la fe donde tanta gente fue siempre para meditar y para buscar la paz. Aunque restauradas, las viejas piedras de la capilla guardaron su alto significado y, en el decorado grandioso de las cimas donde los abetos se estremecen en el viento, y continúan imponiéndose la contemplación de los hombres.

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