==UNA FIESTA MARIANA PARA CADA DIA DEL AÑO==
1 de Febrero.
♡La Purificación de nuestra Señora♡
La ley se expresaba así: “Habló Dios a Moisés y le dijo: Conságrame todo primogénito. Todos los primogénitos de entre los hijos de Israel, tanto de los hombres cono de los animales, míos son” (Ex. 13,1-2).
En los tiempos primeros estos primogénitos fueron destinados al culto de Dios. Pero cuando fue confiado este culto en exclusiva a la tribu de Leví, decidió la ley que esta exención fuera compensada mediante el pago de cinco siclos, que se destinaba a engrosar el tesoro del templo.
Hay que advertir que no era necesario llevar a Jerusalén al infante. Bastaba con que el padre pagase el impuesto al sacerdote de turno, no antes de los treinta y un días después del nacimiento, para cumplir religiosamente con lo estatuido en la ley, Según otras disposiciones legales (Lev. 12,1-8), cuarenta u ochenta días después del alumbramiento, según se tratase de un hijo o de una hija, las madres hebreas habían de presentarse en el templo para purificarse de la impureza legal que habían contraído.
También hay que hacer constar que no siempre la madre estaba obligada a presentarse en persona. Podía ser reemplazada por alguna otra persona que ofrecía el sacrificio en su nombre, si existía alguna causa que justificase su ausencia.
Huelga decir que ni Jesús ni María estaban obligados, a estos preceptos legales. Jesús estaba infinitamente por encima de toda la ley y la Virgen Santísima, al haber dado a luz virginalmente, al margen, por lo tanto, de las condiciones naturales previstas por el legislador, no tenía necesidad de purificarse de nada.
La humildad, la obediencia, el propio respeto más exquisito a las instituciones legales del pueblo de Dios y el cariño más fino a la vida ordinaria sin excepción y excepciones, hicieron posible que la Sagrada Familia se trasladara a Jerusalén para cumplir con estas prescripciones rituales.
En un mismo día se podía llegar a Jerusalén, asistir a las ceremonias legales y regresar por la tarde, con tiempo sobrado, a Belén.
Muy posiblemente que esto seria lo que hiciera la Sagrada Familia
La purificación de las madres tenía lugar por la mañana.
Entraría María por el atrio llamado de las mujeres, se colocaría en la grada más alta y allí sería rociada con el agua lustral por el sacerdote de turno, que a la vez recitaría sobre ella unas preces.
Aunque la parte más importante del rito consistía en la oblación de dos sacrificios. Uno que se denominaba “sacrificio por el pecado”, cuya materia siempre era una tórtola o un pichón, y otro “sacrificio de holocausto”, cuya víctima exigida era, para los ricos, un cordero de un año, y para los pobres un pichón o una tórtola.
Lo dice San Lucas (2,24), y, además, históricamente nos lo imaginamos nosotros, que San José compraría un par de palomas o tórtolas al administrador del templo o a alguno de aquellos mercaderes aprovechados cuyas jaulas serían volteadas un día por Cristo.
Los pobres siempre están lo que se dice de enhorabuena en la vida de Cristo.
El sacerdote cortó el cuello del ave y sin separarlo del cuerpo derramó la sangre al pie del altar.
La paloma que sirvió para el holocausto fue quemada sobre las ascuas del altar de bronce.
Las ceremonias del rescate consistían tan sólo en el pago de los cinco siclos legales.
Y ahora comienza una misa. Es el ofertorio. Terminará esta misa en el monte Calvario, cuando pasen treinta y tres años.
El primer sacrificio digno de Dios se está ofreciendo en estos instantes en el templo sagrado de Jerusalén. El velo de muchas profecías se escinde en estos precisos momentos. El templo – aquel templo de entonces – aventaja en mucho a aquel templo primero que no pudo ser marco de la vida ritual del esperado Mesías.
Cristo se ofrece al Padre. Y se ofrece así: “Entonces yo dije: Heme aquí que vengo para hacer, oh Dios, tu voluntad. Los sacrificios, las ofrendas y los holocaustos por el pecado, no los quieres, no los aceptas…” (Heb. 1o,7s.).
María, en nombre de toda la humanidad, se ofrece también. Es éste uno de los momentos más solemnes de la vida de la Santísima Virgen.
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