==UN MINÚTO CON MARÍA==

10 DE MAYO, 2025

"En la Cruz, Cristo ofrece a su Madre como Madre de toda la humanidad"

Al afirmar que María es «nuestra madre según el orden de la gracia», el Concilio Vaticano II subraya que su maternidad espiritual no se limita solo a los discípulos, como si las palabras pronunciadas por Jesús en el Calvario: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), requirieran una interpretación restrictiva. De hecho, con estas palabras, el Crucificado estableció una relación íntima entre María y su discípulo amado, figura tipológica de alcance universal, con la intención de ofrecer a su Madre como Madre de toda la humanidad.

Estas palabras fueron pronunciadas por el Papa san Juan Pablo II durante la Audiencia General el miércoles 24 de septiembre de 1997. Nos recuerdan la universalidad de la maternidad de María, que se manifestó vívidamente ante los ojos del mundo entero el 7 de diciembre de 2024, durante la magnífica ceremonia de celebración de la reapertura de la icónica y magnífica Catedral de Notre Dame de París, un monumento sagrado que casi fue destruido por un incendio en 2019.

Los numerosos dignatarios que asistieron a su reapertura presentaron un encuentro, cuando menos, ecléctico en el plano político, ideológico y teológico. Los participantes provenían de diferentes países, grupos étnicos, organizaciones y partidos políticos y diferentes tradiciones religiosas. Con toda probabilidad, incluso había personas que no tenían fe religiosa y cuyo aprecio por Notre Dame se limitaba a su belleza artística y arquitectónica.

María reunió a todas estas personas únicas y diversas en un solo lugar, con un propósito común, en una atmósfera de paz y verdad. Esto es lo que hacen todas las buenas madres: reúnen a sus hijos, con la intención de fomentar relaciones sanas y pacíficas entre ellos. Nuestra Madre Celestial ha estado haciendo esto durante años en lugares como Fátima, Portugal, donde se apareció a tres pequeños pastores en 1917.

La Providencia quiso ciertamente que en 1917 María apareciera en un lugar que debía su nombre a una mujer musulmana convertida a la fe católica: una mujer que al nacer había recibido el nombre de la hija de Mahoma. Por ello muchos musulmanes hacen peregrinaciones al santuario católico de María en Fátima, Portugal, cada año.