"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

martes, 4 de febrero de 2020



==PERSEVERABAN CON MARÍA  EN LA ORACIÓN=
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PERSEVERABAN EN ORACIÓN CON MARÍA

María, como enseña el Papa, es «educadora del pueblo cristiano en la oración y en el encuentro con Dios»[15], y es que también Ella «oraba todo el tiempo sin desfallecer», también para Ella «la oración era la vida de su alma, y toda su vida era oración»[16]. En el Cenáculo, ejerciendo su función maternal, la vemos reuniendo en torno suyo a los apóstoles y discípulos de su Hijo, perseverando con ellos en la oración unánime, enseñándoles a disponer sus corazones -como Ella supo hacerlo a lo largo de toda su vida- para acoger el Don prometido por el Señor: «vendrá sobre vosotros el Espíritu Santo». Así María, «Maestra de oración y Paradigma de cercanía al Altísimo, va educando evangélicamente a los discípulos en la plegaria confiada»[17]: Ora la Madre implorando el Don del Espíritu que ha de encender en ellos el ardor por anunciar el Evangelio del Señor, ora en unión con sus hijos, quienes aprenden a llevar una vida espiritual intensa de su testimonio vivo de oración.

¿Y qué aprendemos también hoy los discípulos de Cristo de aquella que es escuela y «Madre de la Oración»?[18]. Aprendemos de su actitud de silencio y recogimiento interior, disposiciones esenciales para acoger en lo profundo del corazón y meditar las grandezas de Dios, así como para escuchar, acoger y meditar continuamente la Palabra divina, adhiriéndonos cordialmente a ella para ponerla por obra. María, mujer de oración y acción, nos enseña con su ejemplo a reservarle a Dios momentos fuertes de oración así como a andar en continua Presencia de Dios, a buscar que todo lo que hagamos sea hecho con la intención de servir a Dios y sus designios[19], desplegándonos así en una vida que da gloria a Dios con todo el ser y obrar. María nos enseña a tener una visión de eternidad que nos permite ver y valorar todo desde una perspectiva divina. ¡Miremos, pues, a la Madre, y unidos a Ella aprendamos a perseverar en la oración, y en una oración que busca ser continua

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