"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

miércoles, 9 de marzo de 2022


 ==UN MINÚTO CON MARÍA==

10 DE MARZO, 2022


"Nuestra Señora de Fátima nos dio señales indicadoras"


Los «cuatro fines últimos» —la muerte, el juicio, el cielo y el infierno— son tan importantes, que la Iglesia ha proporcionado varias maneras de recordárnoslos durante el día. Estas son las cuatro formas en que lo hace:


1. Con la Misa, que es una visita al Cielo.


2. A través del Rosario, que continuamente nos advierte del peligro del infierno.


3. Por medio del juicio particular y el examen de conciencia.


4. Finalmente, a través de la oración de la tarde, un Memento mori (Recuerda que debes morir) antes del anochecer, un recuerdo de la muerte.


En el Rosario repasamos constantemente los cuatro fines últimos, pidiendo a María que «ruegue por nosotros, pobres pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte» y poniéndonos en presencia de «nuestro Padre que está en los cielos», esperando que él «perdonará nuestras ofensas» y «nos librará del mal». Porque es del mal final del infierno del que necesitamos ser librados.


«Nuestra libertad nos da el poder de hacer elecciones perpetuas, sin vuelta atrás», se lee en el Catecismo de la Iglesia Católica. C. S. Lewis escribió: «El camino más seguro al infierno es ese que es gradual: una suave pendiente, un terreno blando bajo nuestros pies, un camino sin curvas cerradas ni límites ni señales».


Nuestra Señora de Fátima era de la misma opinión. Ella nos dio señales en el Rosario, enseñando a los tres pastorcitos a agregar esta oración después de cada decena del Rosario: «Oh, Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia».


Finalmente, la última oración que decimos todas las noches es la Salve Regina, que llama a la misericordia a la Reina del Cielo. Como dijo santo Tomás de Aquino, «Así como los marineros son guiados al puerto por una estrella, así los cristianos son guiados al Cielo por María».

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