"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

sábado, 18 de febrero de 2023


 ==UN MINÚTO CON MARÍA==

18 DE FEBRERO, 2023


"María escoge a Bernardita para confirmar el dogma de la Inmaculada Concepción"


La Iglesia proclama que María es santa. No es una santidad de ningún orden: la Inmaculada Concepción, es decir que desde el vientre de su madre, María fue preservada del pecado original. Así nació y creció hasta que murió sin cometer ningún pecado. Este es el significado de la Inmaculada Concepción.


Esta es una afirmación que ha causado mucha controversia. Muchos discreparon sobre este dogma, de que María vino al mundo sin la mancha del pecado original siendo verdaderamente descendiente de Adán y Eva. Pero el papa Pío IX zanjó la discusión al declarar el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854: María es inmaculada desde su concepción, «por los méritos de Jesucristo su Hijo, Redentor del género humano».


Pero, mientras los hombres discutían para defender o rechazar la Inmaculada Concepción de María, cuatro años después de la proclamación del papa Pío IX, la Santísima Virgen misma le reveló en Lourdes (Francia), a una niña llamada Bernardita Soubirous: «Yo soy la Inmaculada Concepción».


La pobre niña de 14 años no sabía nada de estas grandes palabras de la misteriosa mujer que se le apareció. Así, por esta aparición y esta pequeña frase clave, María da al mundo, a través de Bernardita, la confirmación de la declaración dogmática papal y al mismo tiempo pone fin a la disputa.


María es la “llena-de-gracia”. Para merecer tal favor de Dios se necesitaba cierta predisposición: Dios colmó a María de su bendición espiritual en su Hijo Jesús, para que permaneciera en el amor, santa, inmaculada, resplandeciente, sin mancha, sin arruga ni defecto, toda hermosa. Todas estas cualidades, este retrato físico, moral, espiritual muy especial, reflejan su santidad.


Se hizo "Sierva del Señor", perfectamente dócil a la Palabra de Dios (pues bien podía negarse), disponible, sin reticencias, a la voluntad de Dios sobre ella. Estamos lejos de estas disposiciones de María, ¡pero tratamos de seguir su ejemplo! Siendo completamente santa, completamente pura, siendo Madre de Dios, ¡ella puede mover el corazón de Dios a nuestro favor cuando la invocamos!

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