==SALUDO A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA==
¡Salve, Señora, santa Reina,
santa Madre de Dios, María,
virgen hecha iglesia,
elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por él con su santísimo Hijo amado
y el Espíritu Santo Defensor,
en ti estuvo y está
toda la plenitud de la gracia y todo bien!
¡Salve, palacio de Dios!
¡Salve, tabernáculo suyo!
¡Salve, casa suya!
¡Salve, vestidura suya!
¡Salve, esclava suya!
¡Salve, Madre suya!
Y, ¡salve, todas vosotras santas virtudes,
que, por la gracia e iluminación del Espíritu Santo, sois infundidas en los corazones de los fíeles para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!
Amén.
El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
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