Virgen María, susúrrame al oído palabras de amor que yo solo no puedo orar.
Sí al menos la dulzura de tus ruegos me lleva a aprender a balbucear amor, con eso tengo.
Y si es el silencio, lo que ahora debo y para mi es bueno, me basta tu mirada que me da seguridad.
El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
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