==UN MINÚTO CON MARÍA==

9 DE JULIO, 2021

"El rostro deslumbrante de Nuestra Señora de Itati en Argentina"

En 1615, dos misioneros españoles (el hermano Alonso de Buenaventura y Luis de Bolaños) llegaron a Itati, un pequeño pueblo argentino a orillas del gran río Paraná donde fundaron una misión; tenían con ellos, al parecer, una estatua de la Santísima Virgen para la que construyeron un pequeño oratorio con los guijarros del río.

Pero, tiempo después, el oratorio fue saqueado por los nativos y la efigie de María desapareció. Dos días después, dos niños guaraníes - relata la tradición - mientras descendían el río en una canoa, vieron la estatua de María, mucho más hermosa que antes, rodeada de una luz radiante y colocada sobre una piedra en la orilla de un lugar desierto.

Los niños informaron a la misión y todo el pueblo acudió en procesión a recoger a la Virgen hallada milagrosamente. Se construyó un verdadero santuario a Nuestra Señora de Itati y pronto un milagro: las transformaciones de su rostro, repetido varias veces, rodeó la efigie de Nuestra Señora.

La primera transformación tuvo lugar el Sábado santo de 1624. El padre Gamarra, que estaba a cargo ese día, así lo atestigua: el rostro de la Virgen adquirió un esplendor nunca antes visto, mientras el sacerdote entonaba la antífona de "Regina Coeli". El padre llamó entonces a los habitantes del pueblo y todos tuvieron el mismo asombro; esto duró hasta el jueves posterior a la Pascua, luego el rostro volvió a su estado normal. Hubo al menos otros 60 testimonios de estas deslumbrantes transformaciones del rostro de la Virgen de Itati, atestiguados por testigos y registrados en los Anales del Santuario.

La Virgen de Itati fue coronada el 16 de julio de 1900, por autorización obtenida del papa León XIII. Y en 1910, Nuestra Señora de Itati se convirtió en la patrona de la nueva diócesis creada, la todavía actual diócesis de Corrientes. Hoy se levanta un magnífico santuario en Itati, en esta región pobre donde los peregrinos a menudo vienen a pie, de lejos, pobres, pero filial y simplemente unidos a la Madre celestial.