"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

domingo, 28 de marzo de 2021


 

Señor, soy consciente de mi inconstancia porque esos ramos verdes que elevo el domingo de Ramos pronto ser marchitarán en mis manos, ese canto jubiloso del ¡Hosanna! Pronto de convertirá en un iracundo ¡Crucifícale! pero eso quiero abandonarme en manos de tu Madre para que me ayude a ser constante en la fe, para acompañarte en el camino de la cruz, para que mi mirada vaya más allá de mi mismo y sea capaz de mirar con una mirada de misericordia! ¡A Ti, María, Madre, quiero acompañarte en este tiempo de Pasión que mañana comienza para ser capaz de ver la gloria de la Cruz, de entender que este es el trono en el que se asienta de Tu Hijo, para unir los sufrimientos de la Cruz a los de Jesús, para ser de tu mano un discípulo fiel de los que no huyen a la primera! ¡María, sabes que he tratado de preparar mi corazón en Cuaresma por medio de la oración a la espera de esta entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, concédeme la gracia de llegar de tu mano a formar parte en su resurrección y en su vida! ¡María, ayúdame a no apreciar a tu Hijo de la manera que lo recibieron en la entrada en Jerusalén, porque fue una manera de amarle poco merecida; ayúdame a entender que Jesús entró en Jerusalén de manera humilde, sentado a lomos de un pollino, repartiendo entre todos el amor inconmensurable de Dios! ¡Soy consciente, Madre, de que Jesús sabía del amor quebradizo que le tenemos por eso hoy me quiero unir a tu dolor de Madre, quiero reparar mis errores, quiero permanecer a tu lado porque tu eres la única que sabía lo que pasaba por aquel corazón! ¡Quiero sentirme unido a Ti, María, que representas a todas las almas orantes que se unen a Tu Hijo en este tiempo de Pasión, que sienten dolor, sufrimiento, pena y compasión por Él! ¡No permitas, María, que glorifique al Señor para luego crucificarlo en mi corazón! ¡Hazme ver, María, concebida sin pecado, que con cada pecado mío expulso a Dios de mi alma y de mi vida y repudio su gracia! ¡Todo tuyo, María, para crecer en santidad, entrega y amor! 

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