==MARIOLOGÍA, MARÍA SIEMPRE VIRGEN==
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ANTES DEL PARTO.
LA TRADICIÓN
LA TRADICIÓN
San Justino, refiriéndose a Isaías 7, 14, afirma que fue dicho con relación a Cristo. Porque si también éste, de modo igual a todos los otros primogénitos, tenía que nacer de unión carnal, ¿por qué hablaba Dios de hacer un signo que no fuera común con todos los primogénitos? Y a la objeción que le hace Trifón, diciendo que no se trata de una virgen (Z parqXnoV), sino de una joven (Z neaniV), Justino responde que en dónde estaría la "señal", lo maravilloso, lo extraordinario (shmeion), dado que toda mujer concibe por trato carnal, inclusive la estéril, Dios, si quiere, puede hacerla concebir. En cambio, sí que es un signo verdaderamente maravilloso (aleqwV shmeion) y digno de ser creído por el género humano que de un vientre virginal (parqenikh metra) naciera como verdadero niño, hecho carne, el que es primogénito de todas las criaturas, y ése es el que anticipadamente, por medio del Espíritu profético, anunció Dios de una y otra forma a fin de que cuando sucediera se reconociera haber sucedido por poder y designio del Hacedor de todas las cosas. De esta manera fue formada Eva de una costilla de Adán y así también al principio fueron creados todos los vivientes por la palabra de Dios.
Vosotros tenéis la audacia también en este pasaje de cambiar la interpretación que dieron vuestros padres... y decís que el texto original dice una mujer joven (neaniV) concebirá; como si fuera cosa del otro mundo que una mujer conciba por trato carnal, cosa que hacen todas las mujeres jóvenes, excepto las estériles; y aun éstas, si quiere puede Dios hacerlas concebir, véase Ana, Sara, Elizabet...
Así que lo maravilloso, lo extraordinario, no es la muchacha embarazada, sino la manera del embarazo, que no fue, pues, de manera normal por cooperación del varón, sino virginalmente por obra del Espíritu Santo. Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios Altísimo engendrado de la Santa Virgen sin semen ni corrupción, asumió la carne y se manifestó a los hombres.
El Dios Verbo descendió de los cielos en la santa Virgen María e hizo carne de ella y tomo un alma humana. María no fue una simple mujer, sino virgen. Esta virgen fue hecha Madre de Dios, llevando en su útero el niño y conservando intacta su virginidad.
San Ireneo refiriéndose al texto de san Mateo (1, 18. 22- 23) y de san Lucas (1, 35), ve al Emmanuel nacido de la Virgen según la profecía de Isaías. "Así han atestiguado los Apóstoles que antes que José hubiera cohabitado con María - permaneciendo ella por tanto en su virginidad - no encontró que ella había concebido del Espíritu Santo... ¿Qué tendría de admirable o qué señal tendría lugar si una jovencita hubiera dado a luz concibiendo de un hombre, puesto que este hecho ocurre a todas las mujeres que paren? Mas como era extraordinaria la salvación que debía acontecer a los hombres con la ayuda de Dios, así era también extraordinario el alumbramiento, que tenía como autora a una Virgen: era Dios el que daba esta señal, no interviniendo allí el hombre para nada".
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