==MARIOLOGÍA, MARÍA SIEMPRE VIRGEN==
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En el parto
TRADICIÓN
Tenemos que apuntar que la virginidad in partus de la Santa Virgen no fue bien vista y aceptada por algunos escritores eclesiásticos de la edad patrística; y ello por el hecho que habían sido los Docetas que la habían evidenciado y la propagandaban por sostener sus herejías, esto es, por afirmar que Jesucristo no era verdadero hombre en carne y huesos, sino apariencia, un hombre irreal, por eso había venido a la luz sin "romper" nada físicamente de su madre; no había "pasado" un niño concreto, sino una apariencia de niño, un fantasma; Cristo parecía hombre pero no lo era en realidad. Esta herejía es espantosamente grave, porque si Jesús no fue verdadero, físico y concretamente hombre, no sufrió verdaderamente, no murió verdaderamente, y entonces la Redención no fue verdaderamente; como se ve, se destruye la realidad de la misma redención.
Fue entonces que grandes Padres de la Iglesia del calibre de Ambrosio, Jerónimo y Agustín, refutaron esa herejía y afirmando la Virginidad de María antes del parto, en el parto y después del parto, y la superioridad de la virginidad consagrada con respecto al matrimonio, compusieron las grandes obras sobre la Virginidad consagrada.
El nacimiento del Redentor tuvo que ser bien diverso de los demás, pues el prodigio (shmeion) anunciado por Isaías (7, 14) se extiende no solamente a la virgen que concibe, sino también a la virgen que da a luz.
Según la condición del cuerpo, Cristo-Dios, el Hijo del eterno Padre, estuvo en el útero, nació, fue amamantado y fue acostado en un pesebre, pero por encima de esa condición lo concibió la virgen y lo dio a luz la virgen, esto es, virginalmente lo concibió y permaneciendo virgen lo dio a luz; y ello porque se creyera que era hombre aquel que nacía de hombre según la naturaleza, y era Dios aquel que renovaba la naturaleza.
La puerta permanecerá cerrada y no se le abrirá, y nadie pasará por ella, porque por ella ha pasado el Señor (Ez 44, 1ss); esta puerta es María, y está cerrada porque virgen; la puerta es María por la cual Cristo entró en este mundo; nació de un parto virginal, sin romper las genitales barreras de la virginidad; permaneció intacta la puerta del pudor e inviolados los signos de integridad, saliendo de la Virgen aquel cuya grandeza el mundo no puede contener. María es la hermosa puerta que estaba cerrada y no se abría; por ella pasó Cristo y no la abrió.
También san Agustín explicando Ezequiel 4, 2 (de la puerta cerrada) dice que significa que María será siempre intacta; será siempre virgen antes del parto, en el parto y después del parto.
San Jerónimo en el libro contra Joviniano hablando de la extraordinaria pureza de María, la ve simbolizada en el "huerto cerrado" y en la "fuente sellada" del Cantar de los Cantares (4, 12); el huerto cerrado y la fuente sellada es imagen de la Madre del Señor, madre y Virgen. Escribiendo luego a Pamaquio retoma la misma semejanza añadiendo la de la puerta cerrada de la que habla Ezequiel (4, 2), a través la cual pasa solamente el Santo de los Santo. El sol de justicia, nuestro Pontífice a la manera de Melquisedec. Cristo virgen y la madre de nuestra virgen es virgen perpetua, madre y virgen. Y a los que objetaran diciendo que es imposible pasar sin causar daño.
San Lucas nos dice que "mientras ellos (José y María) estaban allí (en Belén), se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre"(Lc. 2, 6-7). Ahora bien, de aquí es fácil concluir diciendo que ese parto se presenta como un parto fuera del ordinario, un parto indoloro. Ordinariamente, al dar a luz, la madre sufre, tiene hemorragias, necesita de una partera o de alguien que la ayuda; nada de todo esto hubo cuando nació Jesús; su misma madre envolvió al niño; ella misma fue madre y partera. Esta opinión la tiene también las extravagancias de los apócrifos.
Como se ve san Jerónimo está diciendo que el parto de la Virgen María fue indoloro, ello lo deduce de la descripción que hace san Lucas; un parto sin dolor, no sujeto a la condena pronunciada por Dios (Cf. Gen 3, 16), y si el nacimiento del Redentor fue sin dolor por la madre, María no padeció ninguna lesión física.
El mismo poder divino que fecundó el útero virginal, hizo pasar el cuerpo del niño por las invioladas virginales entrañas de la madre; y luego introdujo el cuerpo del joven por las puertas cerradas. Jesús nació de la Virgen María de una manera arcana y sin corrupción.
Nada faltó a la naturaleza humana en la encarnación del hijo de Dios, pero, sí tomó la naturaleza, libre en absoluto de toda sujeción al pecado; no como nace de ambos sexos por la concupiscencia de la carne, con obligación de contraer el pecado, cuyo reato se borra por la regeneración; sino de una virgen, cual convenía que naciese aquel a quien había concebido no la concupiscencia, sino la fe de su madre; puesto que si, al nacer El, si hubiese violado su integridad, ya no habría nacido de una virgen, y entonces sería falso - muy lejos de nosotros tal blasfemia - que El hubiese nacido de María Virgen, como confiesa toda la Iglesia, quien a imitación de la Madre de Cristo, siendo virgen, engendra cada día nuevos miembros.
María concibió virgen, dio a luz virgen; virgen embarazada, virgo da a luz, virgen perpetua; Y ¿por qué te maravillas de esto?... ¿Cómo dejaba de ser Dios, cuando empezó a ser hombre, aquel que su madre concedió no dejar de ser virgen cuando lo dio a luz.
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