==UN MINÚTO CON MARÍA==

1 DE MAYO, 2022

"Durante este mes de mayo, mes de María, descubramos la devoción a María Desatanudos"

La devoción a “María Desatanudos” es una devoción muy reciente y que da lugar a un extraordinario fenómeno de fe: en unos treinta años, se ha difundido por todo el mundo, comenzando por América Latina y luego a los demás continentes.

Esta observación es reveladora. Como dice el padre beninés Zacarías Kpossou, párroco de la iglesia de Santa María Madre de Dios en Gangban, "lo que es impresionante es ver que María Desatanudos habla a cada hombre y a cada mujer, jóvenes y mayores, de todas las edades y en todos los lugares”.

La Asociación Marie de Nazaret hará un esfuerzo especial este año, y especialmente durante este mes de mayo, para dar a conocer esta nueva devoción, que aún puede difundirse más. Sabemos quién es el iniciador —cierto jesuita que se convertirá más tarde en el papa Francisco— y que la imagen sobre la que se apoya esta devoción circula hoy ampliamente en forma de reproducciones. No se conoce bien su origen y la forma en la que esta obra —hace mucho tiempo olvidada— resurgió de las sombras, tres siglos más tarde.

Sin embargo, es importante conocer el origen de esta devoción, que proviene de una historia familiar de la que parte la devoción actual. Está ligada a lo que podríamos llamar un “milagro matrimonial”, que salvó a una pareja cuyas dificultades eran tales que, siendo católicos devotos, el desenlace del divorcio les parecía inevitable. Esta historia tuvo lugar en Alemania, en el siglo XVII, y causó tal impresión que uno de los descendientes de la famosa pareja pidió un exvoto que se convirtió en la imagen de la devoción actual. La imagen fue realizada por el pintor barroco bávaro Johann Georg Melchior Schmidtner (1625-1705).

Varias veces a la semana, durante este mes de mayo, Un minuto con María evocará la historia de esta devoción, su significado espiritual y su poder de intercesión, ilustrado con testimonios.

La singular historia de esta devoción nos revela a cada uno de nosotros el rostro de esta Madre admirable, la Virgen María, que ejerce su maternidad espiritual y universal en nuestra vida cotidiana.