==UNA FIESTA MARIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO==
20 de Julio.
♡Nuestra Señora de Zocueca♡
La patrona de la ciudad de Bailen, en la provincia de Jaén, Andalucía, es Nuestra Señora de Zocueca, advocación que desciende de Nuestra Señora de Oreto y Zuqueca , traída desde Ciudad Real, en Castilla-La Mancha en el siglo VIII.
Bailén es una ciudad y municipio español perteneciente a la provincia de Jaén, en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Allí se libró la célebre Batalla de Bailén durante la Guerra de la Independencia Española y supuso la primera derrota en batalla campal de la historia del ejército napoleónico.
Tuvo lugar el 19 de julio de 1808. Enfrentó a un ejército francés de unos 21.000 soldados al mando del general Dupont con otro español ligeramente más numeroso (unos 24.000) a las órdenes del general Castaños. El ejército francés fue derrotado y hecho prisionero; tal fue la primera derrota militar de Napoleón.
EL INICIO DE LA ADVOCACIÓNLa preocupación por el origen de la palabra ZOCUECA y el hecho de la existencia del lugar de ZUQUECA, sitio de la antigua ciudad de Oreto,junto a Granátula de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real; llevarán al Maestro Rus de la Puerta a establecer la hipótesis de que la Imagen de Nuestra Señora de Zocueca debió ser trasladada al sitio de El Rumblar (Herrumblar) desde aquella, conservando su nombre de origen.
La historia de la devoción y culto a Nuestra Señora de Zocueca se encuentra unida a la de la grande y poderosa ciudad de Oreto, la antigua Oretum Germanorum de los romanos, que junto con Cástulo y Mentesa (La Guardia de Jaén), fue capital de la extensa región de la Oretania que ocupaba casi toda la provincia de Ciudad Real y parte de las de Toledo, Albacete y Jaén, abarcando las dilatadas llanuras extendidas entre los Montes de Toledo y Sierra Morena.
Bajo el cetro visigodo, Oreto llegó a su máximo apogeo religioso, siendo realzada su iglesia con la dignidad episcopal; calculándose la creación de su obispado entre los años 320-330. Sus obispos participan en todos los acontecimientos religioso-políticos de la monarquía visigoda, constando su asistencia en muchos de los Concilios Toledanos.
Con la invasión de España por los musulmanes en el año 713, desaparece toda la organización hispano-visigoda y, con ella, el Obispado de Oreto. Parte de los habitantes de Oreto huyeron para no quedar sometidos a los invasores, permaneciendo el resto de la población en ella bajo el dominio musulmán, que respetó su lengua, costumbres y religión a cambio de algunos tributos. A estos cristianos “mozárabes” se debe el que se siguiera rindiendo culto a la Santísima Virgen María durante la época musulmana.
Lo que quedó de la antigua e ilustre ciudad recibió el nombre árabe de “Zuqueca” que significa “lugar de ruinas”, vocablo que perdurará a través de los siglos unido al nombre de María Santísima.
Siguiendo a los autores de los que se hace mención en la introducción a este capítulo diremos que en el siglo VIII
“…Christianos de la Ciudad de Oreto, que aora llamamos Zocueca, Cabeça de Obispado…trasladaron della al sitio donde oy se venera desde tiempo inmemorial una imagen muy devota de Nuestra Señora, que llaman de Zocueca, en un Templo…que no está en el termino de aquella Villa, sino en el de la Ciudad de Anduxar, en la ribera Occidental del Rio Herrumblar, en la falda de Sierra Morena, media legua de Baylen, con el tal sitio, y termino alindava el del Obispado de Oreto…”
Aquellos cristianos mozárabes levantaron con el esfuerzo de sus brazos y de sus corazones, según nos cuenta el historiador Ximena Jurado, una pobre y tosca Ermita, al ganar el año 1150 el Rey Alfonso VII los campos de Bailén para la Cruz, en la que veneraban con mucho más fervor aquella pequeña imagen de María, que había protegido
En los años de 1479 y 1480 se expidieron en Roma por S.S. Sixto IV dos Bulas de indulgencias a los que en ciertos días visitasen la Ermita de Ntra. Sra. de Zocueca y aportaran limosnas para su fábrica, reparos y ornamentos.
Las limosnas y ayudas de toda clase elevan el año 1632 el templo hoy existente, pues el anterior amenazaba ruina por su mucha antigüedad y burda construcción, sobre cuya entrada a la Sacristía puede leerse:
“La piedad de la Villa de Bailén hizo esta obra, siendo Prior el Maestro Francisco de Rus de la Puerta, Mayordomo Luis de Nájera Rubio. Año1.632”.
Este templo, atribuido al trazo del arquitecto Juan de Aranda Salazar, se encuentra, aproximadamente, en el mismo lugar que ocupaba el primitivo; es de piedra de cantería, de una sola nave, con airosa portada
Tras la Guerra Civil de 1936, pasó la aldea de El Rumblar y su Parroquia a depender de la Iglesia Parroquial de Bailén y de su Clero, hasta que, por decreto de 1 de enero de 1985, el Obispo Don Miguel Peinado Peinado suprime la Parroquia de Ntra. Sra. de Zocueca de El Rumblar, adscribiendo su territorio y bienes a la nueva Parroquia de El Salvador de Bailén, erigida en esa misma fecha.
Nuestra Señora de Zocuenca es Patrona del Regimiento de Infantería Bailén, Capitán General de los Ejércitos de España, Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Bailén. LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA
En palabras del que fuera último Párroco de El Rumblar, D. José María Marín Acuña, se nos describe a la antigua imagen de Nuestra Señora destruida en la Guerra Civil y que, por la perfección de la copia de 1954, bien puede describir a la actual:
“…La imagen de María que, bajo la advocación de Nuestra Señora de Zocueca, Bailén venera como patrona, es de talla y cara perfectas, embellecidas por la hermosa cabellera que partida al medio, cae airosamente sobre la espalda. Su actitud refleja la dulce e inenarrable complacencia que el Corazón Virginal experimentaría contemplando al Niño-Dios colocado sobre su brazo izquierdo e inocentemente entretenido con las frutas contenidas en un cestillo que le presenta con la mano izquierda. Y los ojos inclinados hacia Jesús, miran a todas partes, indicando a sus adoradores que nunca los olvida…”
Interesante resulta, igualmente, la descripción que de la Imagen hace D. Francisco de Mora, Vice-Párroco de Bailén, en la Memoria enviada el 13 de mayo de 1861 al Coronel del Regimiento de Infantería Bailén nº 24, Don Marcelino Clos e Iguizabal, para el nombramiento como Patrona de este Regimiento de Nuestra Señora:
“…se cree fue su construcción hecha por San Lucas que con otras muchas que hizo repartió San Pedro a los primeros Obispos, pues es de cedro, madera que no se cría en nuestras tierras, conservándose en su estado primitivo; es como de tres cuartas de altura, de talla y de cara hermosísimas, los ojos algo dormidos y que parecen mirar a todas partes, tiene el cabello tendido por la espalda y partida su cabellera por medio; en la palma de la mano está el Niño sentado y en la otra tiene como un canasto con madroños, que está el Niño haciendo por cogerlos…”
Resulta obligado hacer mención de la inscripción que constaba, y consta, en el borde interior de la sandalia izquierda de la Imagen: “NOIRNTOIAI” (según Rus de la Puerta, en 1634) “NOIRNTONIATI” (según Marín Acuña, en 1923), cuyos caracteres, unas veces identificados como ibéricos con grafía latina y otras como románicos, no han podido aún ser traducidos; y que el testimonio piadoso interpreta como “Nunca os abandonaré “, promesa que siempre se ha hecho realidad para los hijos de Bailén y para todos aquellos que ante Ella oran con confianza filial.
En el mes de agosto de 1936, iniciada ya aquella locura llamada Guerra Civil, se lleva a cabo el infame expolio del riquísimo patrimonio histórico-artístico del Templo Parroquial de La Encarnación y, con él, la destrucción de la Imagen de la Virgen de Zocueca, que es paseada en macabra procesión por las calles de Bailén bajo el filo sacrílego del hacha, pretendiéndose así convertir en astillas la FE de un pueblo.
Tras la Guerra Civil, Dª Dolores Sanmartín Ochoa regaló una nueva Imagen de Nuestra Señora, que es la que hoy ocupa el Camarín del Santuario de El Rumblar, más muestra de fe que de acierto artístico.
El 5 de Agosto de 1954, y costeada por suscripción popular, se bendice la actual Imagen, notable obra del imaginero José María Alcacer, que logró plasmar una perfecta y fiel copia de la Imagen primitiva. La talla es de pequeño tamaño, alrededor de 50 cm., y presenta la típica curvatura gótica, proveniente de las estatuas de marfil tan en boga en el periodo del arte gótico.
Cuenta la Virgen con un amplio ajuar formado por cinco ricos bordados entre los que destaca el manto rojo, regalo de Isabel II, y el blanco, regalo del Duque de Bailén, ambos de terciopelo bordados en oro de realce
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