El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
"Los cinco minutos de Maria"
domingo, 10 de diciembre de 2017
==EL ADVIENTO CON MARÍA==
Segunda Semana.
Reflexión de inicio para cada día
Cristo continúa viviendo en la Palabra, en los Sacramentos, en cada hombre, en cada acontecimiento, en el amor de los hermanos, Él nos conducirá a la casa del Padre, donde María nos ha precedido en gloria. Con ella cantamos nuestro himno de bendición y de alabanza a Dios diciendo: "Ven, Señor Jesús!".
Madre del Adviento, Virgen de la esperanza, tú eres hija de tu Hijo, sierva de tu Señor, madre del Salvador Altísimo. El que habitaba en los cielos ha visto el esplendor de tu belleza y se ha complacido en prepararse en la tierra una digna y purísima morada. Alcánzanos de Él la sobreabundancia de la gracia, para que permanezcamos en esta vida fieles a su servicio, y después del paso de esta vida lleguemos a estar junto al que de ti ha nacido, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Luego meditar:
Segunda semana de Adviento
Lectura bíblica: No temas, María, porque has encontrado gracia delante de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás de nombre Jesús. (Lc 1,36).
Meditación: Todo el mundo, la creación eterna, está atenta. Está a la espera de la respuesta de María. De su resolución depende el consuelo de los pobres, la redención de todos. También, hoy, Dios espera de nosotros para continuar la redención de la humanidad.
A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta segunda semana de Adviento:
DOMINGO: Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios. (Sal 130)
LUNES: No pretendo grandezas que superen mi capacidad (Sal 130)
MARTES: Acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre (Sal 130)
MIERCILES: Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre (Sal 89)
JUEVES: Dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón (Sal 89)
VIERNES: Señor, escucha mi súplica, mira el rostro de tu ungido (Sal 83)
SABADO: Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes (Sal 188)
Oración final: Oh Dios, que por el anuncio del ángel has querido que el Verbo se hiciese hombre en el seno virginal de la hija de Sión, ayúdanos a acoger en nuestro corazón tu palabra de vida. Amén.
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