==MARÍA EN LOS ESCRITOS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA==

Oración a la Virgen Madre de Dios

 San Ildefonso de Toledo - (607-667)

Ahora vengo a ti, única Virgen y Madre de Dios; me pongo de rodillas ante ti único medio de la encarnación de mi Dios;

Me humillo frente a ti, la única que es Madre de mi Señor; te ruego, única sierva de tu Hijo, que obtengas el perdón de mis pecados, que me hagas amar la gloria de tu virginidad, que me hagas conocer la abundancia de la dulzura de tu Hijo, que hagas que yo pueda hablar y defender la pureza de la fe de tu Hijo;

Que me concedas que me adhiera a Dios y a ti; que sea siervo de tu Hijo y también tuyo; que sirva a tu Señor y a ti; a El como Señor de todas las virtudes, y a ti como Esclava del Señor de todas las cosas;

A El como Dios , y a ti como Madre de Dios; a El como mi Redentor, y a ti como medio de mi redención.

Lo que se ha realizado en mi redención, El lo ha formado en la verdad de tu persona; El que es mi redentor, fue tu Hijo; El que es el precio de mi rescate, tomó de tu carne la carne con la que curó mis heridas; de tu carne extrajo un cuerpo que debía ser herido para aniquilar mi muerte; de tu cuerpo mortal extrajo un cuerpo mortal, con el que borró mis pecados que El mismo cargó; recibió de un cuerpo sin pecado; de la verdad de tu humilde cuerpo tomó mi naturaleza, que El mismo colocó en la gloria del trono del Padre por encima de los Angeles, como mi predecesora en su reino.

Por eso yo soy tu siervo; porque el que para ti es Hijo, para mí es el Señor.

Por eso tú eres mi Señora, porque tú eres la esclava de mi Señor.

Por eso yo soy esclavo de la esclava de mi Señor, porque tú, que eres mi Señora, has sido hecha Madre de tu Señor.

Por eso yo he sido hecho esclavo, porque tú has sido hecha Madre de mi Creador.

Te ruego, Virgen Santa, que yo obtenga a Jesús de aquel Espíritu por el cual tú engendraste a Jesús.

Que mi alma reciba a Jesús por Aquél Espíritu por el cual tú conociste, concebiste y diste a luz a Jesús.

Que yo pueda decir de Jesús cosas humildes y elevadas gracias a Aquel Espiritu con el que tú confiesas que eres la esclava del Señor deseando que se realice en ti lo que se te anuncia por el Angel.

Que yo ame a jesús con Aquel Espíritu con el que tú lo adoras como Señor y lo contemplas como Hijo.

Que tema verdaderamente a Jesús, así como El, siendo Dios, era obediente a sus padres.

Para ser esclavo de su Hijo, deseo  que la madre me domine; para probar que soy esclavo de Dios, busco testimonio del que es Señor de su Madre; para ser devoto esclavo del Hijo del Padre, ansío fielmente ser siervo de la Madre.

Porque de esta manera se refiere al Señor lo que se sirve a la Esclava; redunda en el Hijo lo que se atribuye a la Madre, aprovecha al que es alimentado lo que se da a la que lo alimenta; así es honorífico para el Rey todo lo que se hace sirviendo a la Reina.