🕊LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO🕊
25 de Junio.
El Espíritu Santo nos invita permanentemente a la conversión. Porque la conversión no es sólo un gran cambio que sucedió alguna vez en el pasado, cuando decidimos seguir a Jesucristo. La conversión es cosa de todos los días. Nuestra mentalidad y nuestro corazón deben ser cambiados de modo permanente.
Cuando nos descuidamos, se nos mete adentro algún criterio equivocado, o volvemos a optar por el egoísmo, o perdemos un poco de la alegría o de la generosidad que teníamos. Entonces, hay que volver a convertirse, hay que volver a escuchar el Evangelio y dejarse interpelar por el Espíritu.
La conversión también es una especie de ablandamiento, o de descongelamiento. Porque cuando nos descuidamos, el corazón se nos pone duro y frío. Cuando no sanamos a tiempo las malas experiencias que tenemos cada día, nuestros rencores, tristezas, sentimientos de culpa y desilusiones, endurecen el corazón como una piedra, o lo enfrían y lo convierten en un pedazo de hielo, duro y frío por el dolor o por el miedo. Optamos una vez más por la comodidad y por el aislamiento; los demás dejan de ser nuestros hermanos y se convierten en enemigos o en competidores.
Entonces hay que rogarle al Espíritu Santo que venga como fuego ardiente para ablandar de nuevo el corazón endurecido, para derretir ese hielo y convertirlo en un arroyo alegre, feliz y compasivo. Quizás en este preciso momento tengas que convertirte, renunciar a un mal sentimiento que te está enfriando, y rogarle al Espíritu Santo que vuelva a ablandar tu corazón.
Amén.
El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
No hay comentarios.:
Publicar un comentario