==UN MINÚTO CON MARÍA==
11 DE NOVIEMBRE, 2021
"Nosotros somos hijos del Padre y de María a la vez"
La Carta a las familias monfortanas de Juan Pablo II sintetiza con gran claridad la doctrina conciliar y montfortana relativa a “María, Madre de la Iglesia”:
El mismo Concilio contempla a María como Madre de los miembros de Cristo (cf. ib., 53, 62), y así Pablo VI la proclamó Madre de la Iglesia. La doctrina del Cuerpo místico, que expresa del modo más fuerte la unión de Cristo con la Iglesia, es también el fundamento bíblico de esta afirmación. "La cabeza y los miembros nacen de una misma madre" (Tratado de la verdadera devoción 32, o.c., p. 30), nos recuerda san Luis María. En este sentido, decimos que, por obra del Espíritu Santo, los miembros están unidos y son configurados con Cristo Cabeza, Hijo del Padre y de María, de modo que "todo hijo verdadero de la Iglesia debe tener a Dios por Padre y a María por Madre" (El Secreto de María 11).
En Cristo, Hijo unigénito, somos realmente hijos del Padre y, al mismo tiempo, hijos de María y de la Iglesia. En el nacimiento virginal de Jesús, renace de algún modo toda la humanidad. A la Madre del Señor "se le pueden aplicar, con más verdad que a san Pablo estas palabras: «¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros.» (Ga 4, 19). Yo doy a luz todos los días hijos de Dios, para que Jesucristo, mi Hijo, se forme en ellos en la plenitud de su edad" (Tratado de la verdadera devoción, 33, o.c., p. 31). Esta doctrina tiene su expresión más bella en la oración: "Oh, Espíritu Santo, concédeme una gran devoción y una gran inclinación hacia María, un sólido apoyo en su seno materno y un asiduo recurso a su misericordia, para que en ella tú formes a Jesús dentro de mí" (El Secreto de María 67).
San Juan Pablo II.
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