==UN MINÚTO CON MARÍA==
29 DE DICIEMBRE, 2021
"Una oración poderosa que los padres de familia deberían rezar, dirigir y amar"
Cuando oramos con amor, buscamos elevar nuestro corazón y nuestra mente a Dios y, al hacerlo, damos una dimensión gloriosa a la vida doméstica. Como escribe san Pablo, la caridad todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (cf. 1 Co 13,7).
Este «capítulo del amor», una de las lecturas más elegidas por las parejas para el sacramento del Matrimonio, nos deja entrever el amor que san José, como protector de Cristo y casto guardián de la Virgen, tiene por Jesús y su Santísima Madre. Para ser capaces de un amor como este, los hombres deben dar un lugar privilegiado al Rosario en su arsenal espiritual.
Sí, todos necesitamos a María para conocer mejor a Jesús. Un hombre necesita particularmente su intercesión, a través del Rosario, para crecer tanto en su masculinidad como en su paternidad espiritual.
En una de sus muchas interesantes conferencias, el beato Fulton Sheen (1) describe a nuestra Santísima Madre como a «la mujer que yo amo». Presenta a María en sentido figurado como «el sueño de Dios». Explica cómo Dios preexistió a su propia madre y «por eso trató de hacerla lo más perfecta posible». Inmaculada —«la nueva Eva»—, se convirtió en la Madre de Dios cuando era solo una niña, porque prometió, a través de un ángel, darle a Dios una naturaleza humana. Jesús, Dios encarnado, se hizo uno de nosotros y san José y la Santísima Virgen lo criaron creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres (cf. Lc 2,52).
Esta verdad de la Sagrada Escritura, entre muchas verdades de nuestro Señor y Salvador que dan testimonio de su vida, pasión, muerte y resurrección, se encuentra en los misterios del Rosario. Es una oración poderosa que los hombres y los padres de familia deben orar, dirigir y amar.
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