==UN MINÚTO CON MARÍA==
17 DE FEBRERO, 2022
«Dejémonos conducir por María adonde ella quiera»
El padre Maximiliano Kolbe, nacido en Polonia en el seno de una familia pobre, pero profundamente religiosa, fue un niño muy inquieto hasta el día en que su madre exclamó: «Pobre hijo mío, ¿qué será de ti?».
Esta pregunta lo perturba. Sigue un hecho fundamental que confesará a su madre: «Recé mucho a la Santísima Virgen para que me dijera en qué me convertiría. Entonces se me apareció sosteniendo dos coronas, una blanca y otra roja. Me miró con cariño y me las ofreció. El blanco significa que siempre seré puro y el rojo que seré un mártir. ¡Acepté las dos!».
El 17 de febrero de 1941, la policía de la Gestapo captura al padre Maximiliano y a otros cuatro hermanos, a quienes primero llevan a la prisión polaca de Pawiak, en Varsovia. Allí el Padre es golpeado violentamente por ser religioso y sacerdote. Escribe a sus hermanos religiosos que se quedaron en Niepokalanov(1):
«La amantísima Madre Inmaculada siempre nos ha rodeado de ternura y siempre velará por nosotros. Dejémonos conducir por ella, cada vez más perfectamente, adonde quiera y como quiera, para que, cumpliendo hasta el fin nuestros deberes, podamos, por amor, salvar a todas las almas».
Unos días después, el 28 de mayo, en un tren lleno de prisioneros, el Padre llega al campo de concentración de Auschwitz y le asignan el número 16670.
En julio-agosto, en represalia por la fuga de un preso, una docena de presos, entre ellos el padre Maximiliano, que voluntariamente ocupó el lugar de un joven papá, François Gajowniczek, son encerrados en el búnker subterráneo del bloque número 14 y condenados a morir de hambre y sed.
El 14 de agosto, el padre Maximiliano, el último superviviente, después de asistir a sus compañeros en su agonía, es rematado con una inyección de ácido en el brazo izquierdo. Al día siguiente, 15 de agosto, día de la Asunción de María, su cuerpo es quemado en uno de los hornos crematorios del campamento.
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