El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.
martes, 12 de junio de 2018
==CONSAGRACIÓN DE LOS SACERDOTES AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA==
Oh Corazón Inmaculado de María, por tu perfecta comunión de amor con el Corazón de Jesús, eres la escuela viviente de total consagración y dedicación a Su Corazón.
En tu Corazón, Oh Madre, quiero vivir para aprender a amar sin divisiones al Corazón de Jesús; a obedecerle con diligencia y exactitud; servirle con generosidad y a cooperar activa y responsablemente en los designios de Su Corazón. Quiero vivir mi sacerdocio dentro de tu Corazón Inmaculado y así permitirte formarme, moldearme y transformarme en imagen viviente del Corazón sacerdotal de tu Hijo.
Deseo consagrarme totalmente a tu Corazón Inmaculado y traspasado que es el camino perfecto y seguro de llegar al Corazón de Jesús. Tu Corazón, es refugio seguro de gracia y santidad, donde me iré liberando y sanando de todas las oscuridades y miserias de mi corazón. Tu Corazón, oh Madre, perfectamente unido en el amor y en el sacrificio redentor, es el que mejor me puede enseñar a vivir la dimensión victimal de mi sacerdocio. A tu Corazón, Oh Madre, Jesús entrega el corazón sacerdotal del discípulo amado al pie de la Cruz. Yo quiero ser como San Juan acogerte con todo mi corazón, a través de esta consagración, para que toda mi vida interior, mi vocación, mi vida como sacerdote y victima, sea protegida, cuidada, guiada y formada por tu poderosa mediación maternal. Deseo pertenecer a tu Corazón, Oh Virgen Santísima, sin reservas y en total disponibilidad de amor a todos los designios del Corazón de tu Hijo que se manifestarán en mi corazón a través del tuyo. Que en virtud de esta consagración sea protegido en tu Corazón materno de todo peligro espiritual y físico.
Qué mi corazón sacerdotal arda con el fuego del Espíritu como arde tu Corazón. Qué unido a ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo para el mundo, y ungido por el poder del Espíritu Santo, sea instrumento para dar a conocer y hacer amar, en todos los corazones, el Corazón Eucarístico de Jesús y tu Inmaculado Corazón.
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