"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

miércoles, 31 de octubre de 2018



==PARTES DEL AVEMARÍA==

Dios te salve María: El saludo griego significa “alégrate”; pero probablemente las palabras del ángel fueron pronunciadas en la lengua natal de María y dicho saludo sería un deseo de paz. En cualquier caso, podemos acudir a María, saludarla y pronunciar su nombre con afecto, pues es un nombre dulce y bello de repetir.

Llena eres de gracia; el Señor está contigo: con estas palabras celebramos las maravillas que el Poderoso obró en la humildad de su sierva. Ella no opuso ninguna barrera a la acción de la gracia, y de esta manera Dios pudo colmarla de su favor. Éste es el significado de las palabras “llena de gracia”. Asimismo, estas palabras nos recuerdan que María es de una belleza inestimable en virtud de la sobreabundancia de gracia de que Dios la quiso llenar.

Bendita eres entre todas las mujeres: estas palabras de Santa Isabel nos recuerdan que Dios la eligió con amor eterno y le dio un beneficio por encima de cualquier otra creatura.

Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús: María fue la tierra suave y fecunda donde el Espíritu Santo sembró la semilla y nació Jesús. El fruto de sus entrañas no es sólo un ser viviente, sino La Vida, el Verbo de Dios encarnado.

Santa María, Madre de Dios: se inicia la segunda parte de la petición alabando a María por los motivos que denotan su dignidad: su santidad y su maternidad divina.

Ruega por nosotros pecadores: María, como buena madre, no deja de rogar a Dios por nosotros, que somos sus hijos. Ella, como en las bodas de Caná, permanece siempre atenta a las necesidades de sus hijos. Como somos pecadores acudimos a Ella confiadamente y llenos de humildad sabiendo que Nuestra Madre sabe compadecerse de nuestra fragilidad.

Ahora y en la hora de nuestra muerte: con estas palabras encomendamos a María los dos momentos más importantes de nuestras vidas: el momento presente, que es el único en que podemos amar y agradar a Dios, y la hora de nuestra muerte, que es el momento del encuentro definitivo en que María nos recibirá con su abrazo lleno de ternura en el Cielo. Entonces veremos lo mucho que nos ama y lo mucho que nos ayudó para llegar a la patria definitiva y, a su lado, será nuestra alegría plena.

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