12 espinas de la corona del Rey y convertirlas en rosas para la corona de la Reina…
DECIMOPRIMERA ROSA Y ESPINA: MATERNIDAD.
Ante Cristo coronado, habla Pilatos: “¿Qué queréis que haga con vuestro Rey?”. La respuesta: “¡Crucifícale!” (Juan 19,6) ¿Qué queréis que haga con María? ¡Glorifícala! ¿A vuestra Madre voy a glorificar?... ¿A quién si no? Y con Ella, a todas las madres, quienes sólo por el hecho de su maternidad ya merecen ese título de Reinas y esa gloria. ¡Ay de aquellas mujeres que no deseen la estrella de la maternidad, de la fecundidad! Y si por Dios son célibes, más fecundas han de ser. El cuerpo de la mujer ha sido concebido para concebir. Ya desde lo alto de su cabeza: su mente, su mirada, sus manos… su corazón. Y nosotros, como hijos de Dios, no podemos concebir un deseo mejor que el de devolverles a ellas aunque sea algo de ese brillo que recibimos cuando nos dieron a luz.
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