==UN MINÚTO CON MARÍA==
7 DE ENERO, 2022
"En el fruto bendito de su seno, María encontró lo que Eva buscaba"
Hace ocho días celebramos el nacimiento, en Belén, del Hijo de Dios que «se hizo niño para hacernos hombres» (san Ambrosio). Hoy, una semana después del nacimiento de Jesús, la liturgia nos invita a celebrar a la Virgen María como Madre de Dios: la «que dio a luz al Rey que gobierna eternamente el cielo y la tierra desde siempre» (Antífona de entrada a la Misa de hoy).
La liturgia nos hace meditar hoy en el Verbo hecho hombre y repite que nació de la Virgen. Él es el «fruto bendito del vientre» de esta Virgen que encontró en este «fruto» todo lo que Eva había deseado al comer el fruto, pero que no encontró. De hecho, en su fruto, Eva deseaba tres cosas que el diablo le había prometido falsamente, a saber:
Llegar a ser como Dios y ser consciente del bien y del mal.
Disfrutar de ese fruto que era «bueno para comer».
Gozar de la belleza porque el fruto era agradable a la vista.
Al comer el fruto prohibido, Eva violó la imagen y semejanza de Dios. En el fruto bendito de su vientre, María, y con ella todos los cristianos, encontró lo que Eva buscaba: unión con Dios por medio de Cristo y semejanza con él. Eva buscaba placer y alegría, pero encontró dolor y desnudez. En el fruto del vientre de la Virgen encontramos la gracia y la salvación: quien coma de este fruto tendrá la vida eterna. Eva buscaba la belleza que pasa y tomó el fruto de la muerte; María dio a la humanidad el fruto más hermoso que contemplarán los ángeles: es el más bello entre los hijos de los hombres (cf. Sal 44,3) porque él es el esplendor de la gloria del Padre (cf. Hb 1,3); Jesús el Señor.
Así que «busquemos en el fruto de la Santísima Virgen lo que deseamos, porque este es el fruto bendecido por Dios. Por tanto, la Virgen es bendita, pero su fruto, Jesús, es aún más bendito» (santo Tomás de Aquino, Comentario al avemaría).
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