==UN MINÚTO CON MARÍA==
27 DE ABRIL, 2024
"El santo Rosario, el arma que la Virgen María nos ha dado"
"Amad a la Virgen y rezad el Rosario, porque su Rosario es el arma contra los males del mundo de hoy. Todas las gracias dadas por Dios pasan por la Santísima Madre" (Padre Pío).
Sin duda, el papa Juan Pablo II recordaba estas palabras de san Pío de Pietrelcina, porque sabemos que rezaba el Rosario todos los días y que hacía muchas otras cosas para promover la devoción a la Santísima Virgen y al “arma” que Ella nos dio.
El Papa a menudo se encuentra en una posición muy difícil: debe esforzarse por acercar a la gente a Cristo a través de cuestiones sociales relevantes, evitando al mismo tiempo la tentación de enredarse en aspectos culturales. El papa Juan Pablo II logró un equilibrio muy fino acercándose a las personas e invitándolas a crecer en santidad personal con ayuda del Rosario.
Ya fuera la Guerra Fría, los ataques terroristas del 11 de septiembre o los ataques contra la familia, Juan Pablo II mantuvo una fe inquebrantable y vivificante en el Rosario y su poderoso alcance. Nos animó a orar por la paz, por las soluciones, por la esperanza y por el amor en todos los encuentros. Cuando pedimos cosas nobles, Nuestra Señora siempre es capaz de acudir a Nuestro Señor en nuestro lugar y sabemos que Jesús ama tanto a su Madre, que no puede negarle nada.
Como san Maximiliano Kolbe dijo: "Nunca temáis amar demasiado a la Santísima Virgen. Nunca podréis amarla más que Jesús".
San Juan Pablo II tenía especial devoción por el Padre Pío, Luis de Montfort, Jacinta y Francisco Marto —dos de los hijos de Fátima a quienes él mismo canonizó—, todos ellos fervientes defensores del santo Rosario. En Fátima, la Virgen expresó su deseo de Rosarios diarios y san Juan Pablo II no quiso decepcionar a la Madre de Dios. Dijo que la promoción del Rosario debe ser asumida no solo por nuestra generación, sino por todas las generaciones futuras, para la salvación de todos.
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