"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

lunes, 26 de marzo de 2018



==33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA==
VIGÉSIMO DÍA
LUNES SANTO, 26 DE MARZO

MENSAJE
Ángel mío, ángel mío: que feliz está mi Corazón; en este momento se ha revelado mi triunfo, les he dicho que mi triunfo siempre lo iban a sentir primero en el corazón; yo lo he sentido en sus corazones hoy. Ustedes están más cerca y más fuertes en mí por medio de su consagración; como yo les he dicho: El Espíritu Santo hace esta promesa fructífera.

La consagración es un acto de unión y de transformación de nuestro interior hacia Dios primero y después hacia todo lo que Él ha creado; ahora les pido que pongan toda su concentración en Mi corazón solamente. Esta consagración debe ser constante, para que yo pueda siempre estar presente en ti; debes encontrar tu fuerza dentro de tu corazón.

Corazón mío, ángel mío; busca como lo ha hecho cada uno, encontrar mi Corazón Inmaculado; sigue adelante cuando lo encuentres, este es el verdadero don de la gracia que yo les he prometido y que les dije se les revelará por completo; esta es mi promesa solemne: ustedes sólo necesitan lo que se encuentra en mí, esta es la unión de la Trinidad hacia la cual yo los guío.

Encuentra la confianza y la solución para cada decisión en mi Inmaculado Corazón; les aseguro que por eso yo soy su refugio, a través de ustedes les doy la intensidad de esta gracia con el propósito de unidad, para que encuentren en mí, la solidaridad y el sentido de dirección.

Vengo a traerles esta dirección ahora, en tal forma que en este corto tiempo pueda llevar a feliz término todo lo que sea necesario y más allá de su comprensión, tratad de encontrar solamente lo que yo les he dicho y todo será realizado según los deseos de Dios. Recuerda que permanecer conmigo es como ser uno con mi Inmaculado Corazón y con el Corazón de mi Hijo».(Agosto 29 de 1993)

GUÍA

La consagración viene a ser una perfecta renovación de los votos bautismales. Antes del bautismo, estuvimos entregados a la maldad, mientras que en el bautismo hemos sido dados a Jesús; en nuestra declaración de la consagración y en la renovación de estos votos, estamos siendo entregados a Jesús por medio de Nuestra Señora; de esta manera, al rendirle honor a Él se lo rendimos a su más grande creación de gracia. Perteneciendo a Nuestra Señora, le pertenecemos también a Él.

DIRECCIÓN

Dios siempre desea hablarle al corazón y no a la mente; la mente está llena de mucha más voluntad propia, mientras que nuestros corazones permanecen en el umbral del alma. En esencia, cuando Nuestra Señora nos pide abrir nuestros corazones, también nos pide abrir nuestras almas para recibir su gracia; por medio de la consagración, nosotros descubrimos como su Corazón palpita dentro del nuestro, para transmitir esa fuerza que Ella adquirió a través de sus propias pruebas y sufrimientos.

Por este acto somos transformados interiormente; nuestra alma está moldeada para ser un receptáculo de gracias, así como Dios se lo pide a Nuestra Señora, Ella nos pide que mantengamos nuestro corazón fijo en su Corazón Inmaculado, porque por medio de esta decisión ganamos su protección y estaremos siempre envueltos en su abrazo maternal; en nuestras tareas diarias busquemos siempre a su Inmaculado Corazón, en Ella encontraremos refugio.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ruego con toda la intensidad de los deseos de mi corazón, encontrar refugio en tu Inmaculado Corazón y ruego siempre que yo sepa recurrir a ti para todas las cosas. Que tú me guíes y me des tu protección para encontrar mi solidaridad y mi punto de dirección.

Enséñame Madre querida, a encontrar tu Corazón en todo lo que piense, diga y haga; inunda mi corazón con los goces de tu triunfo para que ellos me sostengan cuando llegue el momento de la tribulación, dirige esta alma errante para llegar hasta el fondo de tu Corazón donde tu me ofreces el amor, la consolación y la compasión de la Santa Trinidad.

«A esto han sido llamados; pues Cristo también sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo con el fin de que sigan sus huellas» (1 Pedro 2:21)

Coronilla de las virtud es.
LA CORONILLA SE REALIZA ENTONCES DE LA SIGUIENTE FORMA:

 I. ORACIONES INTRODUCTORIAS:

 CREDO
 CONSAGRACIÓN A LA
 SANTÍSIMA VIRGEN
 EL ÁNGELUS

 EL CREDO

 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha devenir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

 CONSAGRACIÓN CORTA A LA SANTÍSIMA VIRGEN

 Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como hijo y posesión vuestra.
 Amén

 EL ÁNGELUS

 V. El ángel de Señor anunció a María.
 R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
 Ave María

 V. He aquí la esclava del Señor.
 R. Hágase en mí según tu palabra.
 Ave María

 V. Y el Verbo se hizo carne.
 R. Y habitó entre nosotros.
 Ave María

 V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
 R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.
 Amén

 Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. »
Amén

 II. PETICIÓN DE LAS VIRTUDES

 Se realiza de la siguiente forma:

 Se pide en oración, secuencialmente, cada una de las siguientes virtudes:

Te pido Madre que alcances para mí la Virtud de la:

 a. Virtud de la Fe

 b. Virtud de la Esperanza

 c. Virtud de la Caridad

 d. Virtud de la Humildad

 e. Virtud de la Paciencia

 f. Virtud de la Perseverancia

 g. Virtud de la Obediencia

 Con cada una de la petición por las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:

 1. Padre Nuestro...
 2. Gloria al Padre...
 3. Oración al Espíritu Santo

 La Oración al Espíritu Santo fue revelada:

 Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios. Amén. (Diciembre 23 de 1991)

 III. ORACIONES FINALES

 Para terminar, se hacen las siguientes oraciones también reveladas:

 ¡OH MARÍA
 ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

 ¡OH MARÍA!

«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para ti.

 Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día». (Marzo 19 de 1993)

 ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

 Mientras se reza esta oración dada por Nuestra Señora que nuestros corazones estén abiertos para reconocer y aceptar los obsequios del Espíritu Santo, y así avancemos confiadamente en esta batalla por el triunfo del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para transformarnos en el reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que será una atracción para todos, para que su gloria sea magnificada a través de nuestras vidas.

«Mis queridos hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi Jesús. Yo les doy a ustedes una gran bendición de Dios. El desea crear en sus hijos unidad y gloria a Su Nombre. » (Junio 6 de 1992)

«Espíritu de Cristo: despiértame;

 Espíritu de Cristo: muéveme;

 Espíritu de Cristo: lléname;

 Espíritu de Cristo: séllame.

 Oh Padre Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad;

 Sé en mí una fuente de virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una luz que todos vean». Amén (Junio 7 de 1992)

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