"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

miércoles, 7 de marzo de 2018



==33 DÍAS DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA==
PRIMER DÍA
MIÉRCOLES 7 DE MARZO

MENSAJE

«Queridos hijos: el acto de Consagración a mi Corazón Inmaculado, como yo les digo, es un acto de amor y no simplemente palabras. Me llena de regocijo saber que sus corazones lo entienden así.

Les digo que sus corazones son la ventana del alma, el acto de consagración abre esa ventana; sus almas son como un prisma diseñado por Dios, como su propio reflejo. Si en este prisma hay impurezas, no podrá reflejar la gloria para la cual fue diseñado; para llevar claridad al alma ustedes deben rezar, para traer claridad al alma tienen que rezar; solamente por medio de la oración pueden ser disueltas todas las impurezas.

Queridos míos: miren dentro de mi Corazón pues al asomarse a él recibirán a la Trinidad; Yo solo puedo reflejarles la presencia de Dios.

Escuchen, hijos míos: les aseguro, abran sus corazones para recibir la luz de Dios y permitan que solo Él se refleje en ustedes» (Julio 7 de 1992)

GUÍA

Nuestra Señora nos trae un llamado a su misión: La misión para su Triunfo.

Esta misión comienza con nuestra Consagración a su Inmaculado Corazón; de esta manera nosotros respondemos al llamado de santidad y a la búsqueda de paz dentro de nosotros mismos y en el mundo entero.

Debemos comenzar por darnos cuenta que este es un llamado a una conversión personal, que envuelve nuestra propia alma y corazón, que permite a Dios obrar en nosotros y por medio de nosotros.

El acto de Consagración es exactamente lo que Nuestra Señora ha dicho: un acto. El acto de Consagración unirá nuestros corazones con el de Ella hacia su Hijo a través de una gracia especialmente creada.

DIRECCIÓN

La oración es la que crea nuestra relación con Dios. Mediante este acto de comunión, Dios viene a nuestros corazones y nosotros vamos hacia Él. Por medio de la oración, todas las impurezas que hay dentro de nosotros, pueden ser llevadas ante El y transformadas por su Gracia. Tener serenidad en el alma es estar lleno de la presencia de Dios. Primero debemos unirnos como uno a Dios; entonces, por medio de nuestra unión con Él, Él podrá obrar maravillas por medio nuestro.

MEDITACIÓN

¡Oh Corazón Inmaculado de María!, ayúdame para que la ventana de mi alma permanezca siempre abierta y transparente para que todas las impurezas puedan ser borradas y que Dios sea magnificado y glorificado, a través de mi propia conversión, consagración y testimonio. Madre querida, que yo pueda poner en acción las palabras que te prometo. Abre mi corazón para que yo me convierta en la señal del Triunfo en todo el mundo.

«Serán como Ángeles en el Cielo». (Mateo 22:30)

Coronilla de las virtudes
LA CORONILLA SE REALIZA ENTONCES DE LA SIGUIENTE FORMA:

 I. ORACIONES INTRODUCTORIAS:

 CREDO
 CONSAGRACIÓN A LA
 SANTÍSIMA VIRGEN
 EL ÁNGELUS


 EL CREDO

 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha devenir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

 CONSAGRACIÓN CORTA A LA SANTÍSIMA VIRGEN

 Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como hijo y posesión vuestra.
 Amén

 EL ÁNGELUS

 V. El ángel de Señor anunció a María.
 R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
 Ave María

 V. He aquí la esclava del Señor.
 R. Hágase en mí según tu palabra.
 Ave María

 V. Y el Verbo se hizo carne.
 R. Y habitó entre nosotros.
 Ave María

 V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
 R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.
 Amén

 Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. »
Amén

 II. PETICIÓN DE LAS VIRTUDES

 Se realiza de la siguiente forma:

 Se pide en oración, secuencialmente, cada una de las siguientes virtudes:

Te pido Madre que alcances para mí la Virtud de la:


 a. Virtud de la Fe

 b. Virtud de la Esperanza

 c. Virtud de la Caridad

 d. Virtud de la Humildad

 e. Virtud de la Paciencia

 f. Virtud de la Perseverancia

 g. Virtud de la Obediencia

 Con cada una de la petición por las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:

 1. Padre Nuestro...
 2. Gloria al Padre...
 3. Oración al Espíritu Santo

 La Oración al Espíritu Santo fue revelada:

 Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios. Amén. (Diciembre 23 de 1991)


 III. ORACIONES FINALES

 Para terminar, se hacen las siguientes oraciones también reveladas:

 ¡OH MARÍA
 ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

 ¡OH MARÍA!

«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para ti.

 Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día». (Marzo 19 de 1993)

 ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

 Mientras se reza esta oración dada por Nuestra Señora que nuestros corazones estén abiertos para reconocer y aceptar los obsequios del Espíritu Santo, y así avancemos confiadamente en esta batalla por el triunfo del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para transformarnos en el reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que será una atracción para todos, para que su gloria sea magnificada a través de nuestras vidas.

«Mis queridos hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi Jesús. Yo les doy a ustedes una gran bendición de Dios. El desea crear en sus hijos unidad y gloria a Su Nombre. » (Junio 6 de 1992)

«Espíritu de Cristo: despiértame;

 Espíritu de Cristo: muéveme;

 Espíritu de Cristo: lléname;

 Espíritu de Cristo: séllame.

 Oh Padre Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad;

 Sé en mí una fuente de virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una luz que todos vean». Amén (Junio 7 de 1992)

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