El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
"Los cinco minutos de Maria"
lunes, 24 de diciembre de 2018
==25 DÍAS DE ADVIENTO, PREPARACIÓN PARA NAVIDAD
Parte IV : HIJOS DE DIOS
Día 3 : ¡Maravillémonos!
¡La Navidad en familia!
¡Mañana es Navidad! Es el momento en el cual las familias se vuelven a reunir, a veces después de largos meses de alejamiento. ¡Qué alegría volver a encontrar a nuestros hermanos y hermanas, a nuestros hijos, a nuestros padres! Pero no siempre es fácil volver a ver a los suyos... A veces, los desacuerdos, las tensiones y las ausencias de algunos pueden estropear este reencuentro. Y algunos acontecimientos han podido hacer nuestra vida muy complicada y pesada.
Mas el Señor viene a llevar nuestras cargas: «Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré.» (Mt, 11, 28) Ante el Belén, depositemos todo lo que pesa en nuestra vida familiar. Pidamos la gracia de estar reunidos de nuevo en paz, dejémonos reconciliar por Jesús. Eso requiere esfuerzos particulares, pero si nos dejamos habitar por la alegría de la Navidad, todo se hará más fácil. Y ¿qué es más hermoso que rezar en familia? Te proponemos que leas esta oración del Papa Francisco:
«Jesús, María y José en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado (…). Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.»
Pero esta unión no es exclusiva; ¡nos abre a los demás! La Navidad es también la fiesta de la hospitalidad: acoger a Jesús es también acoger a los más pequeños en casa.
«...cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.» (Mt , 25, 40)
Hoy, puedo invitar a mi casa a alguien que no va a vivir una Navidad muy fácil. Si no es posible, puedo simplemente llamarle o escribirle una carta a una persona que sé que estará sola durante la Navidad.
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