El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es Maria, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos. ==SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO==
"Los cinco minutos de Maria"
lunes, 24 de diciembre de 2018
Oh Amante de las almas, oh amoroso Redentor! No es, pues, la dolorosa Pasión que te espera, y la amarga muerte que está preparada para ti en la cruz, suficiente, ¿pero debes, desde el comienzo de tu vida, desde tu infancia, comenzar a sufrir?
Sí, porque aun siendo niño, ya empezarías a ser mi Redentor, y a satisfacer la justicia divina por mis pecados. Tú escogiste un lecho de paja para librarme del fuego del infierno, en el cual he merecido tantas veces ser echado. Tú lloraste y lamentaste en este lecho de paja para obtenerme el perdón de Tu Padre. ¡Oh, cómo estas Tus lágrimas me afligen y me consuelan! Me afligen de la compasión al ver, un niño inocente, que sufre ¡tanto! por los pecados que no te pertenecen; Pero me consuelan, porque tus sufrimientos me aseguran mi salvación y Tu inmenso amor por mí.
Pero, Jesús mío, no te dejaré solo para llorar y sufrir. Yo también lloraré; porque solo merezco derramar lágrimas por causa de las ofensas que he cometido contra Ti. Yo, que he merecido el infierno, no rechazaré ningún sufrimiento, para que pueda recuperar Tu favor, oh Salvador mío.
Perdóname, te ruego; Recibeme una vez más en Tu amistad, hazme amarte y luego castigarme como Tú quieres. Líbrame del castigo eterno, y luego trátame como te plazca. No busco placeres en esta vida; No merece el placer aquel que ha tenido la temeridad de ofenderte, Oh, ¡bondad infinita! Estoy contento en sufrir todas las cruces que me enviarás; Pero, mi Jesús, aún te amaré.
Oh María, que compadeciste por tus sufrimientos con los sufrimientos de Jesús, obtén por mí la gracia de sufrir con paciencia todas mis pruebas. ¡Ay de mí si, después de tantos pecados, no sufro algo en esta vida! Y bendito sea yo si tengo la felicidad de acompañarte en Tus sufrimientos, oh mi triste Madre, y Tú, oh mi Jesús, siempre afligido y crucificado por amor a mí.
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