"Los cinco minutos de Maria"

"Los cinco minutos de Maria"
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.

martes, 20 de noviembre de 2018



==MARÍA EN LOS ESCRITOS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA==

San Máximo de Turín - ( 380 - 465 )

Ved que milagro es la Madre de Dios

Nace Cristo, salvador de todos, aquél a quien todos los profetas proclaman Rey de las naciones. Nace de la Virgen, como afirma Isaías diciendo: "Una virgen concebirá y dará a luz un hijo ...". Concibió una virgen sin concurso humano... y un seno casto recibió al Espñiritu Santo. Ved qué milagro es la Madre de Dios: virgen cuando concibe, virgen cuando da a luz, virgen despues del parto. ¡Gloriosa virginidad y preclara fecundidad! Nace el Poderoso que sostiene al mundo y no gime la que lo da a luz; el niño deja el seno y sin embargo no es violada la virginidad.
En efecto, era digno de Dios que al nacer acrecentara el mérito de la castidad; y que quien había venido a sanar a la corrompida, conservara intacta a la íntegra; y que la pureza del cuerpo no fuese lesionada por aquel que en el bautismo da la virginidad a los impuros.
Nace pues, el Niño y es recostado en un pesebre. No desprecia esta estrechez el que reina en el cielo y el que tuvo como morada el seno virginal. Estas son las primeras cunas de Dios.
Ciertamente fue apta para Cristo la morada de María, no por su amplitud sino por la gracia virginal. Después de haber dado a luz, María feliz se reconoce como madre y a la vez como virgen; y se gloría de su prole la que no conoce marido; y se admira de haber engendrado a un niño por obra del Espíritu Santo... No se asusta de haber dado a luz porque la divinidad da testimonio del parto virginal.
Para concebir a Cristo, según el anuncio evangélico, es colmada con la gracia del Espíritu Santo y el poder del Altísimo la cubre con su sombra, según lo anunció el Angel:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual lo santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios."
Digno es que le Salvador a quien engendró la virginidad inmaculada sea amado con un amor virginal; y así como María lo llevó en su seno sin mancha, también nosotros debemos guardarlo en un alma pura. María era, por decirlo así, tipo de nuestra alma, ya que Cristo que buscó la virginidad en su Madre reclama la integridad de nuestro afecto.
El alma virgen, por la ausencia de pecados, concibe al Salvador; lo da a luz cuando lo predica; lo guarda cuando obedece sus mandamientos. La fe custodia el germen concebido, la confesion de la fe lo da a luz, la solicitud del amor guarda lo que ha nacido.

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