==MARÍA EN LOS ESCRITOS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA==

San Ambrosio - (340-397)

Tabernáculo de los Misterios Celestiales

Tan excelente fue la gracia de María que no solo conservó en sí misma la virginidad, sino que confería este honor insigne a aquellos a quienes visitaba. Visitó a Juan el Bautista y este se estremeció de gozo en el seno de su madre, aun antes de nacer. A la voz de María exultó el niño.

Y no sin razón se conservó virgen en el cuerpo el que durante tres meses fue ungido por la Madre del Señor con el óleo de su presencia y de su virginidad.

Mas tarde, María fue encomendad a Juan, el Evangelista, que no conoció el matrimonio. Por lo cual no me asombra que éste haya declarado mejor que nadie los misterios divinos, ya que tenía tan cerca suyo el tabernáculo de los sacramentos celestiales.